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Agua: su importancia en la alimentación.

AGUA

Se recomienda consumirla antes de que se active el mecanismo de la sed, en invierno no debemos olvidarla!

Para mantener la vida, más importante que los alimentos es el agua. Las preferencias, el estado de salud, el momento del día o del año, el bolsillo: todas estas variables condicionan el consumo de agua, pero nunca debe dejarse que el mecanismo de la sed se active para anunciar la falta de este elemento clave para el organismo. Entre o con las comidas, con o sin gas, poco importa mientas se beba agua en el día.

El agua presente en nuestro cuerpo en la sangre, la saliva y el sudor contienen agua, pero también el aliento, el cerebro, los pulmones, el hígado, los músculos, la piel y hasta los huesos están compuestos por esta sustancia formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O).

El agua del organismo cumple funciones tan importantes como transportar nutrientes o desechos, participar en procesos biológicos fundamentales para el metabolismo, como la digestión, y contribuir al funcionamiento equilibrado del cuerpo. Así, ayuda a regular la temperatura corporal a través de la evaporación (sudor). Lubrica las articulaciones, amortigua y protege tanto la médula espinal como el cerebro y el interior de los ojos, además de constituir el líquido que envuelve al bebé durante los nueve meses de gestación.

La necesidades de agua están sabiamente reguladas por el organismo humano gracias al mecanismo de la sed. La sed es el síntoma de que la falta de agua es inminente. Los lactantes, los niños, las personas afiebradas o con diarrea y los adultos mayores requieren prestar más atención a este síntoma, porque pueden deshidratarse con rapidez.

Sabio, el organismo, retiene agua cuando no la recibe en cantidades adecuadas, esperándola con paciencia para funcionar con normalidad. Mientras, pone en alerta otros sistemas, bajando la presión arterial, por ejemplo. Cuando los líquidos perdidos no se reponen tiene lugarla deshidratación, con síntomas concretos además de la sed, como el cansancio, la debilidad y eventualmente la muerte. Pero todos los extremos son peligrosos: beber agua en exceso a gran velocidad provoca somnolencia y debilidad, algo tan indeseable como la deshidratación.

¿Cuántos vasos de agua son necesarios al día?

La respuesta depende de varios factores: la edad, el tipo de actividad laboral y física, la temperatura ambiental. Lo recomendable es que la cantidad de agua consumida supere la que el cuerpo pide naturalmente. Para los adultos, y siempre que no haya contraindicación, se aconseja 1 ml/caloría.

Se debe tener en cuenta que las enfermedades y traumatismos aumentan los requerimientos hídricos. Lo mismo ocurre con el embarazo y la lactancia, dos etapas en las que se debe beber más agua. Tampoco debe olvidarse que los niños son más vulnerables que los adultos a la deshidratación. eso ocurre porque el agua representa un porcentaje mayor que el del adulto en el total de su peso corporal, y en el caso de los más pequeños, por su dificultad para expresa concretamente que tienen sed.

Es importante aclara que el agua no engorda ni adelgaza. Ayuda a limpiar y desintoxicar el organismo y puede contribuir a dar más saciedad, pero no aporta ni elimina calorías en ninguna de sus formas.

No sólo en botella viene el agua

Casi todos los alimentos contienen agua, aunque algunos en mayor cantidad que otros. El contenido de agua de cada uno condiciona su apariencia, textura, sabor y conservación. Las frutas y verduras, la leche, las infusiones como el té, el café y el mate, son consideradas fuente y vehículo de este importante nutriente. Por eso, el tipo de alimentación de cada persona determina la cantidad de agua pura que necesita tomar cada día. Esto es, una persona que consuma muchas frutas y verduras, por ejemplo, necesitará beber menos agua qeu otra que no incluya en su dieta tantos alimentos qeu contengan naturalmente este líquido.

 

 

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